Las disputas, el malestar en la convivencia, la rutina, problemas sexuales …
Cualquier pareja puede pasar por un momento de crisis. La mayoría de las veces sucede sin saber cómo evitarlo. Empezamos a sentir que no nos entienden y que el diálogo no lo soluciona.
En estos casos, se tiene que analizar qué está pasando, sin precipitarse y tomar decisiones impulsivas.
Posiblemente sea el momento de pedir la ayuda de un profesional objetivo que nos pueda brindar la clave para recuperar el rumbo de la relación.
Es conveniente acudir a terapia cuando existe un conflicto que, aunque habiendo intentado resolverlo, sigue representando un problema para alguien de los dos miembros de la pareja.
Una terapia de pareja no sólo puede ser útil tanto para recuperar la relación como para tener una ruptura lo menos conflictiva y dolorosa posible. De modo que el objetivo principal es que la pareja se comunique y resuelva lo necesario para sentirse mejor consigo misma y con el otro.
El psicólogo de pareja es un profesional objetivo que actúa como mediador. El psicólogo de pareja identifica las dinámicas que están presentes en los conflictos de pareja, así como que pueden mejorar y hacer el fin de resolver los problemas.
El primer paso en una terapia de pareja es encontrar el verdadero problema. La mayoría de parejas vienen a consulta porque discuten mucho, pero tras las discusiones encontramos conflictos sin resolver.
Seguidamente, se debe trabajar el diálogo e intentar dejar atrás los monólogos. Es decir, es necesario empatizar, escuchar, comprender … De esta manera, se aprende a: saber escuchar, comunicar lo que sentimos o nos molesta sin herir al otro, responsabilizarnos de nosotros mismos, aprender a discutir, atender y cuidar la relación de pareja, y a establecer unas bases para volver a ilusionarnos en la convivencia en pareja.